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domingo, 10 de febrero de 2013

11 DE FEBRERO: MEMORIA LITÚRGICA DE NUESTRA SEÑORA DE LOURDES

En este Año de la Fe y celebrando la memoria litúrgica de Ntra. Sra. de Lourdes fijemos nuestra mirada de fe en Bernardita Soubirous, la vidente de Lourdes, aquella niña asmática, débil y enfermiza, pero quien tuvo la gran dicha de ver a la Virgen y recibir su mensaje en la gruta cercana al río Gave. El mes de febrero nos evoca el recuerdo de estos acontecimientos como así también la "Jornada Mundial del Enfermo". 


Ella fue el principal instrumento del que se valió la Virgen María para transmitir su mensaje; una niña humilde, piadosa e inocente que se dejó modelar por María y se mantuvo atenta a escuchar sus palabras en aquella gruta de Massabielle. 

¿Cuál fue el mensaje de la Virgen en Lourdes? 
Las apariciones marianas quisieron resaltar una vez más la importancia de la oración para nuestra vida cristiana; el rezo del rosario: la oración predilecta de María; la penitencia, pidiéndola tres veces en la octava aparición; la humildad y las procesiones para honrarla. 

El mensaje de la Ssma. Virgen María sigue siendo actual para todos los cristianos y se manifiesta cuando vemos a los enfermos y peregrinos implorar ayuda en la gruta, lavarse con el agua de las piscinas, rezando el rosario por la explanada con las velas encendidas o reconciliarse en la confesión en aquel lugar de especial gracia de Dios. 

¿Qué efecto produjeron en Bernardita aquellas apariciones de la Virgen? 
Bernardita fue un instrumento pobre, pero muy valioso escogido por María. Dios siempre nos sorprende y toma a los pequeños, los débiles, los indefensos y necesitados, los que según nuestros criterios puramente terrenos no valen nada, para hacer de ellos sus favoritos. Prueba de esto es cómo lo expresa la misma Bernardita:"Yo fui elegida porque era la más ignorante". 

Toda su corta vida marcada por el sufrimiento, le hizo comprender la gloria de la cruz y el valor redentor incalculable del sufrimiento ofrecido a Dios. 

Los cuatro meses últimos de su vida estuvieron marcados por tremendos dolores, a todo esto respondía con una serenidad ejemplar: "No quiero consuelos, sino ánimo y paciencia. Todo esto sirve para ir al cielo". Se cumplía la promesa hecha por la Virgen varios años antes: "No prometo hacerte feliz en este mundo, sino en el otro". 

A los 35 años de edad, Bernardita entregó su vida a Dios, el 16 de abril de 1879. Fue canonizada el 8 de diciembre de 1933 por el Papa Pío XI y su fiesta se celebra el 18 de febrero. 

En este Año de la Fe, el ejemplo de Santa Bernardita nos impulse a crecer en amor y entrega al Señor cada día de nuestra vida con nuestras "cruces y dolores". ¡Santa Bernardita: ruega por nosotros!

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